Los cambios de la forma como el cuerpo se desempeña suelen reflejarse en la temperatura corporal, en la frecuencia del pulso y respiratoria y en la presión sanguínea. Los mecanismos corporales que regulan estas funciones son extremadamente sensibles y responden de inmediato a los cambios experimentados por la salud.
En virtud de que los
signos vitales sirven como indicadores importantes de la condición del
paciente, su obtención representa no solo una labor rutinaria, sino una tarea
de suma seriedad. La tendencia de los signos vitales del paciente debe
analizarse cada vez que se les obtenga comparando las medidas recién obtenidas
con las que se registraron anteriormente.
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